La técnica que considero más adecuada de acuerdo a mi relación con las personas y espacios donde se desarrollan los diferentes rituales del camino rojo, es la de observación participativa ya que a través de la vivencia directa de las ceremonias puedo recoger experiencia e información que no podría adquirir con la misma profundidad si solo me limitara a observar, porque el diseño de la mayoría de los rituales está hecho para que todos hagan parte del mismo, y por creencias de orden energético no se permite la presencia de personas que no estén involucradas, por ejemplo en una toma de yagé todos los integrantes deben beber la planta, el que no lo haga debe retirarse del sitio ceremonial, pues se cree que su energía va a desintonizar la del grupo, y además no podría comprender lo que está ocurriendo, pues su percepción sensorial dista mucho de la que genera el yagé.
En pocos casos ha ocurrido la excepción a esta regla, uno de los más significativos en el contexto colombiano, es la realización del documental “Las Rutas Del yagé”; Me entere por un amigo cercano a los realizadores que para poder filmar durante la ceremonia de yagé, tuvieron que pedir permiso a distintos taitas, y estos decidieron “sahumeriar”( expresión que significa impregnar de humo de sahumerio a una persona, objeto o animal con el propósito de limpiar su energía y armonizarla) las cámaras y cualquier instrumento tecnológico que se usara para recoger información, posteriormente a la filmación y-o grabación fueron sometidos a una “limpia”, ( “ proceso de armonización del espíritu y del cuerpo, por medio de plantas, sonidos, aromas; por ejemplo un taita a través de los cantos, por medio de la borrachera del yagé mira que tiene el paciente y con sus mismos cantos hace que vibren ciertas partes del cuerpo que no están en buen funcionamiento, varias plantas y los fluidos de hierbas se aplican sobre el cuerpo, sus componentes traen la medicina que entra por la absorción cutánea” Oscar muñoz, hombre fuego) así que no estuvieron del todo aislados de la participación del ritual a pesar de no haber ingerido la planta.